Mimos de emergencia para días que piden pausa (y un abrazo extra)
- Kryusman
- 22 abr
- 2 Min. de lectura

Autocuidado real para los días en que vivir con Sjögren se siente nivel experto
Hay días en los que el cuerpo no da más, la mente está en modo “pantalla congelada” y el alma... bueno, el alma pide tregua. Sí, esos días en los que el Sjögren decide que vas a hacer slow motion, quieras o no.
Y como resistirnos no ayuda (spoiler: empeora todo), aquí va mi kit personal de mimos reales, probado en laboratorio emocional propio, para sobrevivir esos momentos con ternura, humor y cero culpa:
💛 Top 10 mimos reales para días de bajón seco
1. Siesta sin culpa (y sin alarma) Dormir lo que el cuerpo pida: 20 minutos o 2 horas. Hoy, el reloj no manda.
2. Sofá + manta + permiso de existir Nada de "tengo que ser productiva". Hoy mi misión es ser. Respirar. Estar.
3. Desayuno terapéutico (aunque sea al mediodía) Algo que mime la barriga y el corazón. Comer no por deber, sino por cariño propio.
4. Ducha lenta de reconexión Agüita templada, sin prisa, sin expectativas. Solo sintiendo el cuerpo que todavía me sostiene.
5. Recordarme (en serio): descansar no es fallar Y si hace falta, escribirlo en notas adhesivas por toda la casa.
6. Caricias peludas o visuales Acariciar a mi gato, abrazar a un perro o, en su defecto, ver 15 videos de gatitos sin remordimientos.
7. Cancelar planes con amor propio Si no puedo hoy, no puedo. Mi valor no depende de cumplir agendas.
8. Llorar libremente (sin subtítulos ni excusas) Porque llorar también es autocuidado. No siempre hay que entenderlo, solo soltarlo.
9. Pedir un mimo (y dejar que me cuiden) Un abrazo, un té caliente, o simplemente que alguien esté cerca sin necesidad de palabras.
10. Reírme de mí misma (y de los memes de Sjögren) Porque si la vida me da sequedad... yo saco carcajadas.
🌿 No es lujo. Es medicina emocional básica
Estos mimos no curan el Sjögren. No quitan la fatiga, ni la niebla mental, ni la sequedad.
Pero curan algo más profundo: El olvido de que sigo siendo valiosa, incluso cuando no rindo, no brillo, no puedo.
Auto cuidarme en los días flojos no es un premio.
Es un derecho.
Es supervivencia con cariño.
Y tú también te lo mereces. Un mimo hoy, una sonrisa mañana, una tregua siempre.
Carta al cuerpo cansado (y tierno)
Querido cuerpo:
Sé que no siempre nos entendemos. Sé que hay días en los que todo pesa, pica, cruje o simplemente… no funciona.
Pero también sé que, a pesar de todo, sigues aquí. Sosteniéndome. Llevándome más lento, sí, pero con dignidad.
Perdón por las veces que te he exigido más de la cuenta.
Gracias por seguir, incluso cuando yo quiero rendirme. Hoy no vengo a empujarte.
Hoy vengo a darte permiso para parar. Para que nos cuidemos.
Para que nos escuchemos sin juicio.
Porque tú, incluso en tu versión más bajita, mereces mimo.
Y yo también.
Con amor suave (y siesta incluida),

Kryusman
Commentaires