Mindfulness y Sjögren: aprender a respirar dentro del cuerpo que duele.
- Kryusman
- hace 6 días
- 3 Min. de lectura

Kryusman Escribe, Tu Corazón Baila
Cuando el cuerpo está seco, pero el alma pide agua
Vivir con Sjögren es, muchas veces, convivir con sequedad, dolor y cansancio. Pero también es navegar emociones profundas: frustración, tristeza, enojo, ansiedad, culpa… Y ahí entra el mindfulness como una práctica suave, amorosa y real para volver a ti.
Mindfulness no es “poner la mente en blanco”, ni ser zen todo el día. Es simplemente estar presente, sin juicio, reconociendo lo que hay. Incluso si lo que hay es un cuerpo que arde o una mente que se niebla.
¿Qué es el mindfulness?
El mindfulness, o atención plena, es una práctica basada en la psicología y en tradiciones contemplativas como el budismo. Su objetivo es ayudarte a estar más consciente del momento presente, en lugar de quedarte atrapada en el pasado (“antes no era así mi cuerpo”) o en el futuro (“y si esto empeora…”).
Se ha demostrado científicamente que practicar mindfulness:
Reduce el dolor percibido
Disminuye el estrés y la ansiedad
Mejora el sueño y la concentración
Aumenta la autocompasión
Fortalece la resiliencia
Y no, no necesitas ser experta ni sentarte como Buda. Basta con que respires contigo misma.
¿Por qué puede ayudar con el Sjögren?
Porque el Sjögren no es solo físico. Afecta cómo te sientes, cómo te relacionas contigo, con tu cuerpo y con los demás. El mindfulness te ayuda a sostener eso con más calma, sin desconectarte ni exigirte.
Te permite escuchar a tu cuerpo sin entrar en pánico
Te ayuda a distinguir entre dolor y sufrimiento
Te ofrece un espacio de descanso mental
Mejora la relación con tus emociones (“no soy mi tristeza, la estoy sintiendo”)
✋ Ejercicio 1: La pausa del cuerpo cansado
Duración: 2 a 5 minutosCuándo: Cuando estés muy agotada o frustrada
Siéntate o recuéstate, sin forzar postura.
Lleva tu atención a tu respiración. No la cambies, solo obsérvala.
Pon una mano sobre el pecho y otra sobre la barriga. Siente cómo suben y bajan.
Di mentalmente:
“Este cuerpo está cansado, y me quedo con él. Lo acompaño, no lo abandono.”
Quédate un momento en silencio contigo.
Este ejercicio no quita el dolor, pero te ayuda a no pelearte con él.
🕊️ Ejercicio 2: Escaneo corporal con amor
Duración: 10 minutosIdeal: Antes de dormir o cuando hay niebla mental
Túmbate cómodamente. Cierra los ojos si puedes.
Lleva tu atención a los pies. ¿Hay hormigueo, pesadez, frío? Solo nota.
Recorre tu cuerpo subiendo: piernas, caderas, espalda, manos, rostro…
Si aparece dolor, respira allí. No lo juzgues.
Mentalmente repite:
“Este es mi cuerpo hoy. Y así, también es digno de amor.”
Puedes usar música suave o una grabación tuya con voz amorosa.
🌸 Ejercicio 3: Mindfulness en lo cotidiano (para días bajitos)
Duración: el tiempo que te tardes en una tarea pequeñaEjemplos: lavar una taza, darte crema, preparar tu desayuno
Elige una tarea sencilla.
Hazla con total presencia: siente la textura, el sonido, el aroma.
Si tu mente se va (y se va a ir), solo di: “vuelvo”.
Agradece ese momento. Aunque parezca mínimo.
Esto entrena a tu cerebro para volver al presente sin autoexigencia.
☀️ Frase para guardar (o pegar en la nevera)
“No necesito estar bien todo el tiempo. Solo necesito estar conmigo, con lo que hay, sin correrme a un lado.”
💛 vivir con más suavidad, no con más control
El mindfulness no te va a curar el Sjögren, pero puede aliviarte el alma, devolverte momentos de conexión y ayudarte a vivir desde un lugar más compasivo.
No es una técnica milagrosa, es una forma de mirarte con menos juicio y más ternura.
Y si algún día no puedes meditar, ni respirar profundo, ni conectar con nada…
Eso también es válido.
Solo respira como puedas.
Y si puedes, hazte una caricia por dentro.
コメント