top of page

Post #1 – Empezamos: tengo Sjögren, no tengo filtro, y aquí se habla claro

Vivir con Sjögren es como tener un desierto en el cuerpo… pero sin cactus bonitos ni puestas de sol instagrameables.


Es más bien como estar seca por dentro (literalmente) y que nadie se dé cuenta.Y no solo hablo de los ojos o la boca, hablo de la energía, la motivación, la paciencia con la gente que te dice:

"Ay, pero si te ves bien…”
…Sí, bueno, también el jamón ibérico se ve bien, y mira lo seco que está.

Pero vamos al grano, que no vine a quejarme (mucho), sino a contarte por qué decidí crear este blog y qué vas a encontrar aquí.


🩷 ¿Quién soy yo para hablar del Sjögren?


Soy Kryusman. Psicóloga positiva, escritora, bailarina emocional, llorona profesional y aprendiz constante del arte de vivir con algo que no pedí, pero que aquí está:el síndrome de Sjögren.


No lo elegí, pero sí elijo cómo lo vivo.


Y por eso estoy escribiendo un libro que se llama “A mí el Sjögren me la suda”, porque no hay nada más liberador que ponerle nombre a lo que jode… y reírse un poco de ello.


✨ ¿De qué va este blog?


De cosas reales. Nada de “mantente positiva” sin contexto ni “todo pasa por algo” cuando lo que quiero es dormir 14 horas seguidas.

(Bueno, eso cuando puedo.)


Aquí te vas a encontrar con:

  • Reflexiones con corazón.

  • Psicología positiva aplicada de verdad, no de póster.

  • Cartas al cuerpo, a la fatiga, a la rabia, a la calma.

  • Recursos para entenderte, perdonarte, y tratarte con ternura.

  • Y sí, también un poco de sarcasmo, porque reírse es medicina.


🧠 Cosas que me han ayudado y quizás a ti también:


  1. Dejar de fingir que todo está bien. A veces está mal. Y está bien decirlo.

  2. Hablarme bonito. No como unicornio de autoayuda, sino con frases como:“Tranquila, estás cansada, no eres floja. Hoy toca sobrevivir con gracia y ya.

  3. Hacer espacio para mí.

    1. Aunque sea 10 minutos en silencio.

    2. Aunque sea para llorar.

    3. O bailar.

    4. O quedarme viendo un árbol.

    5. O lo que sea que me haga disfrutar, desconectar y conectarme conmigo misma.

  4. Recordar que no soy el diagnóstico. Padezco Sjögren, y me amo, tengo sentido del humor, un esposo genial, familia maravillosa, amigas que valen oro, gatos sabios, y sanadores y un alma que no se rinde.


Y aunque mi cuerpo a veces parezca un campo de batalla silencioso, aquí sigo, caminando lento pero con dignidad (o al menos con dignidad disimulada). Por eso hoy quiero escribirle esto, desde el corazón seco pero agradecido:


💌 Carta al cuerpo:


Gracias por no rendirte.

Gracias por intentarlo, incluso cuando la fatiga te arrastra. No eres débil, eres valiente. Y aunque a veces me enoje contigo, te prometo que aprenderé a cuidarte mejor.

Con menos exigencias y más abrazos. Aunque sean internos. Aunque estés seco.


🌻 Reflexión final


El Sjögren me la suda. Pero la vida no.

La vida me importa.

Me duele.

Me maravilla.

Y mientras siga teniendo palabras, las voy a usar para abrazar desde aquí.



Bienvenida a este espacio.

A este corazón seco, pero valiente.Vamos a reírnos, a llorar y a acompañarnos.


Con amor (y colirio),

— Kryusman

Comments

Rated 0 out of 5 stars.
No ratings yet

Add a rating
bottom of page