¿Y si el mundo se apagara por un rato? Una reflexión tras el apagón
- Kryusman
- 29 abr
- 2 Min. de lectura

Ayer pasó algo que, aunque parezca sacado de una serie distópica, fue muy real: un apagón general dejó sin energía, telecomunicaciones e internet a todo el país durante varias horas. Y aunque todo volvió, por un rato el mundo moderno se detuvo. Las pantallas se apagaron. El wifi desapareció. Y, por unos minutos, estuvimos solos… con nosotros mismos.
En ese silencio digital surgieron preguntas importantes:
¿Estamos preparados para algo así?
¿Sabemos qué hacer si se corta la luz, la señal, el acceso a lo inmediato? ¿Podemos vivir sin la constante conexión?
¿Cuándo fue la última vez que disfrutaste del aire sin grabarlo?
¿O una conversación sin distracciones? ¿Sabes qué necesitas de verdad para sentirte vivo?
Desde Tu Corazón Baila, no venimos a dar respuestas, sino a invitarte a sentir. A pensar. A vivir. Porque ayer no fue solo un apagón de redes, fue un encendido de consciencia.
Estamos hiperconectados, pero desconectados de lo esencial
Nos acostumbramos a tener todo “ya”. A saberlo todo, responder todo, mirar todo… pero vivir poco. Cuando el sistema falla, nos desorientamos. Porque sin notificaciones, muchos sienten que el mundo deja de girar. Pero lo cierto es que el mundo sigue. Solo que más callado, más simple… y, tal vez, más auténtico.
Lo de ayer fue un recordatorio de que la vida real no tiene filtros ni batería. Es la que sucede mientras respiramos, mientras olemos el café, mientras alguien nos mira a los ojos sin apuro.
¿Qué hacemos con este aprendizaje?
Revisa tu dependencia digital: ¿Puedes pasar una hora sin revisar el móvil? ¿O sientes ansiedad si se cae WhatsApp? Tal vez sea hora de soltar un poco.
Prepara un plan de emergencia real: ¿Tienes velas? ¿Agua? ¿Una radio? ¿Una linterna que funcione? No es paranoia, es conciencia. Saber cuidarte también es amor propio.
Reconecta con lo esencial: Las conversaciones sin prisa, el papel y lápiz, la cocina lenta, el silencio. No para volver al pasado, sino para traer al presente lo que da calma.
Crea momentos offline intencionales: Una tarde sin pantallas. Un paseo sin auriculares. Un rato para solo estar contigo, sin distracciones. Tu alma lo agradecerá.
Estamos vivos, pero… ¿estamos viviendo?
Lo de ayer fue una pausa inesperada. Pero, ¿y si la hacemos voluntaria más seguido? ¿Y si empezamos a preguntarnos si tanto “hacer” nos está alejando de “ser”?
No se trata de renunciar a la tecnología, sino de no rendirle la vida. De recordar que hay un mundo más allá de la pantalla: con olores, texturas, silencios, personas reales. Que no todo lo valioso se comparte, que lo sagrado a veces solo se vive.

Haz bailar tu corazón con lo que no se puede medir
Una conversación profunda. Un abrazo largo. Un momento de silencio que no incomoda. Una noche con velas y risa. Una caminata al atardecer. No necesitas datos para sentirte vivo. Solo presencia.
Ayer el mundo se apagó un rato. Hoy, tal vez, podamos encendernos por dentro. Volver a lo simple. A lo humano.
A lo que hace que, incluso sin wifi, tu corazón siga bailando. 💙✨
Muy de acuerdo con todo!! Hay q tener momentos offline y disfrutar de las pequeñas cosas q no necesitan internet!