Cuidar sin romperse: el cansancio del cuidador y cómo cuidarse también es amor
- Kryusman
- 21 may
- 2 Min. de lectura
Por Kryusman | #KryusmanEscribe #TuCorazónBaila

Hay una realidad silenciosa que muchos viven en carne, alma y ojeras profundas: el cansancio del cuidador.Sí, de esa persona que está ahí siempre, sin aplausos ni banda sonora épica. La que acompaña, sostiene, calma, organiza pastillas, busca citas, escucha sin recibir mucho a cambio… y muchas veces se va apagando poquito a poco.
Cuidar a alguien con una enfermedad mental es un acto de amor gigante, pero también puede ser una montaña rusa emocional con más bajadas que subidas.
Y no, no exagero.A veces te sientes tan desbordada que si alguien más te dice "tienes que ser fuerte", te dan ganas de usar la fuerza… pero a lo Jedi frustrado.
😵💫 El cuidador también se cansa. Spoiler: es humano.
Vamos por partes:
El cuidador siente culpa si se toma un descanso.
Siente que no puede quejarse porque "el otro está peor".
Se acostumbra a olvidarse de sí mismo.
Y muchas veces, termina emocionalmente agotado, con síntomas físicos y una sonrisa de “todo bien” pegada con cinta adhesiva.
Pero aquí viene lo importante: Si tú te rompes, ¿quién cuida al cuidador?

La psicología positiva al rescate (sí, también en estos líos)
La psicología positiva no viene a decirte “sé feliz aunque todo esté mal”. No, por favor.Lo que te ofrece es un pequeño botiquín emocional para que no te olvides de ti en medio del caos ajeno. No se trata de ponerle brillantina al cansancio, sino de recordarte que tu bienestar también importa. Mucho.
¿Qué puedes hacer para cuidarte mientras cuidas?
Aquí van algunas claves con humor, amor… y verdad:
Date permiso para sentir
Enojo, tristeza, agotamiento, ganas de salir corriendo. Todo eso es normal. Ser cuidador no te vuelve inmune. Te vuelve más humano.
Haz tu pausa sagrada (aunque sea de 7 minutos)
No es egoísmo, es supervivencia. Escápate un rato. Respira. Camina. Mira una serie tonta. Llora en el baño si toca. Pero haz pausa.
Acepta ayuda sin culpa
Delegar no es fallar. Es ser inteligente. (Y sí, pedir ayuda no te hace menos capaz, te hace más cuerda).
Recuerda que tú también existes
No eres solo “el/la que cuida”. Sigues siendo tú: con sueños, miedos, deseos y una digna necesidad de chocolate a veces.
Celebra tus pequeñas victorias
¿Te bañaste hoy?
¿Te comiste algo caliente?
¿No gritaste aunque querías?
¡Eso también cuenta!
💌 Carta para ti, cuidador valiente:
Querido corazón incansable,
Hoy quiero decirte gracias.
Gracias por estar, por amar incluso en el cansancio, por no rendirte aunque a veces quisieras hacerlo.
Pero también quiero recordarte algo que se nos olvida mucho: Tú también mereces ser cuidado.
Tu salud mental importa.Tu alegría también.No esperes a colapsar para ponerle límites al amor.
Porque cuidar no debería doler.
Y si duele tanto, es señal de que ya es hora de parar, respirar y abrazarte a ti.
Con ternura (y café caliente),
Kryusman
Commentaires