top of page

Cuando te acostumbras tanto a sentirte mal… que te asustas cuando te sientes bien

Pequeñas alegrías, micro victorias… y el arte de no sabotear los días buenos (aunque tu mente dude de todo).


dias de pausa con sjogren

Hay días raros… raros porque no dueles tanto, no te arde todo, no te pesa el cuerpo como armadura mojada. Y en lugar de alegrarte sin más… entras en pánico.


—“¿Será que algo anda mal?”

—“¿Me estaré ilusionando para nada?”

—“¿Y si esto es solo antes de un brote más fuerte?”

—“¿Me estaré acostumbrando a vivir en modo sobrevivencia y ahora no sé qué hacer con este momento de paz?”


Spoiler con amor: eso también es parte de vivir con una enfermedad crónica, una enfermedad autoinmune. Y aunque parezca contradictorio, sentirse bien también puede asustar.

 

💛 1. ¿Por qué pasa esto?


Porque tu cuerpo, tu mente y tu corazón llevan tanto tiempo en modo alerta, gestionando dolores, brotes, sequedades, fatiga, frustración… que, cuando de repente llega un día más suave, el sistema se desconcierta.

Es como si hubieras vivido durante meses en una película de catástrofes… y de pronto te cambian el canal a una comedia romántica con final feliz.

No sabes si reír, desconfiar, o llamar al técnico porque seguro el universo se equivocó de guión.


Y esto no es solo una sensación rara. Tiene nombre.

Desde la psicología positiva lo llamamos adaptación hedónica invertida.


¿Traducción al humano emocional?

Te has acostumbrado tanto a sentirte mal, a vivir “apagada” o en modo ahorro de batería, que cuando algo se siente bien, en lugar de relajarte… te entra ansiedad.Empiezas a pensar que no es real, que es temporal, que no lo mereces o que algo malo viene detrás.


Y es que vivir con una enfermedad crónica como el Sjögren te entrena más en la supervivencia que en la celebración.

Por eso, cuando aparece un ratito de bienestar —aunque sea solo una tarde sin dolor o una mañana con más claridad mental— en lugar de abrazarlo, muchas veces lo cuestionas, lo miras con lupa, o lo saboteas pensando: “mejor no me ilusiono”.

¿Y sabes qué? Es comprensible.


Tu sistema emocional solo necesita re-aprender a confiar.A entender que el bienestar no es traición al diagnóstico, ni ingenuidad.

Es simplemente una tregua.

Un respiro.

Y todos, absolutamente todos, tenemos derecho a disfrutarlo… sin culpa.


🌱 2. ¿Qué hacer cuando te pasa?

Porque sí: sentirse bien también se aprende. Y aquí van algunas claves para no sabotear tu momento “milagrito con té”:


🫶🏼 Recíbelo con gratitud, no con culpa.

Si hoy te duele menos, celebra ese regalo. No lo pongas en duda. No mires al futuro con miedo tipo “¿cuándo me dolerá otra vez?”, mejor mírate con ternura y di: “Hoy mi cuerpo me dio tregua. Gracias, cuerpo loco, seco… pero mío.”


🚫 No te sobre exijas solo porque “hoy puedes”.Que el brote esté dormido no significa que tú tengas que convertirte en una aspiradora emocional, ama de casa olímpica y gestora de todo lo pendiente.Estar bien no es volverse superhéroe por 24 horas.

Es solo eso: estar bien. Y eso, en sí mismo, ya es un montón.


📛 Ponle nombre al momento.Llámalo “día blandito”, “respiro inesperado”, “martes de tregua”, o como tú quieras. Ponerle nombre ayuda a aterrizar la emoción y anclarla en el presente. Porque cuando lo nombramos, lo abrazamos mejor.


📝 Escríbelo (o hazle una nota de voz a tu yo futuro).Sí, de verdad. Cuando estés en uno de esos días grises, leer lo que sentiste en este ratito de alivio puede ser tu propio “abrazo postergado”.Un recordatorio de que los días buenos existen. 

Que vuelven.

Que no son un mito.


🎯 Pequeño tip emocional: no los idealices, solo saboréalos.

No hace falta que ese día hagas todo perfecto, ni que sientas euforia. Basta con que digas: “Hoy respiré mejor. Hoy sonreí sin forzar. Hoy, aunque no me curé, no me rendí.”

 

😂 3. Humor para sobrevivir al bienestar sospechoso:

Porque sí, estar bien después de tanto brote te deja como en estado de shock post-traumático emocional. Y si no lo decimos riéndonos, se nos seca el alma (como todo lo demás):


• “Hoy me siento tan bien que sospecho que alguien cometió un error administrativo en el universo.”

• “No me duele nada. Me toqué el cuello a ver si tenía pulso.”

• “¿Esto es remisión o me tomé el colirio equivocado y ahora veo la vida con brillo?”

• “Mi cuerpo se portó bien… estoy entre celebrarlo o revisar el calendario por si es 28 de diciembre.”

• “¿Me está cuidando el Dolquine, el té de anís… o los memes terapéuticos?”

• “Estoy bien. Sigo viva. No estoy acostumbrada. ¿Es legal?”

• “Cuando mi cuerpo no protesta… empiezo a sospechar que está planeando algo.”

• “No sé si me sané un poco o si me acostumbré a este caos con elegancia.”


✨ Porque el humor no elimina el Sjögren, pero lo vuelve más llevadero.Y si vamos a convivir con síntomas secos, al menos que nos riamos con el alma bien hidratada (emocionalmente hablando, claro).


Vivir con Sjögren también es esto:

aprender a saborear los días buenos sin miedo, sin culpa, sin anticipar el brote escondido tras la esquina.

Es dejar de interrogar al alivio como si fuera sospechoso, y empezar a recibirlo como quien recibe una flor inesperada en medio del desierto.

Es no pedirle explicaciones a la calma.

Es no ponerle caducidad a la alegría.

Es bailar, aunque sea despacio.

Aunque sea sentada.

Aunque sea con los ojos secos pero el alma hidratada de risa.

Y sí, puede que mañana duela otra vez…Pero hoy, amor, tu corazón baila.

Y eso ya es mucho más que suficiente.

💛 Merece una ovación interna, un mimo sin justificación…

Y, si lo toleras, un abrazo (con mantita y moño desordenado incluido).


🧠 Desde la psicología positiva:


Disas buenos. Kryusman

✔️ Practica la sabiduría del presente.

No vivas hoy con el miedo del brote de mañana.

El cuerpo ya tiene bastante con lo suyo como para que la mente también le monte películas de catástrofe.

Estás aquí, ahora… y eso basta.


✔️ Refuerza tu narrativa interna positiva.

No todo es pérdida.

No todo es dolor.

Incluso en medio del caos hay pausas, respiros, alivios.

Esos también cuentan.

Son parte de tu historia.

Y merecen su espacio en tu memoria emocional.


✔️ Agradece... pero sin exigencia.

No tienes que estar agradecida TODO el tiempo.

Esto no es un concurso de espiritualidad.

Pero sí puedes mirar un día suave, un dolor que bajó, una carcajada que se coló…y decir:

“Gracias por este momentito de tregua. Me hacía falta.”

 

📌 Y tú, que me lees entre brotes y descansos…


💭 ¿También te ha pasado esto de desconfiar de los días buenos?

💛 ¿Tienes algún ritual, frase o superstición tierna para cuando la vida te regala una tregua?🍵 ¿Té de la suerte? ¿Moño de la esperanza? ¿Pijama sagrado para días sin brote?


💬 Cuéntamelo en los comentarios.

Te leo con moño desordenado, sonrisa medio seca y corazón abierto.

Comentarios

Obtuvo 0 de 5 estrellas.
Aún no hay calificaciones

Agrega una calificación

Tu Corazón Baila — Aquí no curamos milagrosamente... pero te acompañamos con amor, humor y alguna que otra carta que te abra el pecho (de emoción, claro).

  • Linkedin
  • Instagram
  • Facebook Social Icon
bottom of page