Enfermedades invisibles: lo que no se ve, también duele
- Kryusman

- 20 oct
- 7 Min. de lectura

Como psicóloga, como comunicadora y como persona que vive con estas enfermedades, no puedo quedarme callada ante una frase que escucho con demasiada frecuencia:
“Eso es psicológico. Con terapia se te pasa.”
“Lo que tienes es emocional, sana tu pasado y se curará.”
❌ No.
Ese discurso es tan popular como peligroso.
La enfermedad de Sjögren, la fibromialgia, la artrosis, las discopatías, entre otras tantas condiciones crónicas, tienen una base médica real: inmunológica, neurológica, estructural o musculoesquelética.
No se generan por un trauma mal gestionado, ni se eliminan por pensar bonito.
La psicología, por supuesto, es útil, necesaria y valiosa. Yo misma la practico. Ayuda a afrontar, a entenderse, a vivir con más bienestar emocional.
Pero no reemplaza al reumatólogo, al neurólogo, ni al fisiatra. Tampoco al conocimiento científico ni a las guías clínicas internacionales.
El método científico no afirma desde la certeza absoluta. Plantea hipótesis, investiga, prueba, refuta y mejora.
En salud, rara vez hay verdades absolutas… pero sí hay pruebas clínicas, consensos profesionales y estudios revisados por pares.
Por eso debemos guiarnos por quienes tienen formación y responsabilidad.
No por quien lo leyó en Google, lo vio en un TikTok o le funcionó el jugo de apio a la cuñada.
🧠 En salud, no todo es mente. Y afirmar lo contrario sin base es intrusismo, aunque se diga con voz suave y palo santo encendido.
📢 Toda información es una responsabilidad
Divulgar salud no es dar consejos al tuntún.
Es una tarea seria.
Cada vez que alguien afirma que todo se cura:
“pensando positivo” o “conectando con su niña interior”, y lo hace sin saber de inmunología, sin entender la neurofisiología del dolor, sin haber leído una sola guía clínica… está banalizando el sufrimiento de miles de personas que luchan cada día.
Y eso, no es amor.
Es negligencia con disfraz de luz.
Yo creo en la fuerza de una mente entrenada. Creo en la compasión, en el humor como alivio, en el autocuidado, en el poder de la palabra, en las emociones bien trabajadas.
Pero también creo en la medicina, en los estudios serios, en los equipos interdisciplinarios y en el respeto entre profesiones.
Cada saber tiene su lugar. Y cuando se combinan con sensatez, el resultado es bienestar real.
💛 Porque sí: no todo se resuelve con frases bonitas…pero sí se puede aprender a vivir con dignidad, con acompañamiento real, con buena información y con una red que no juzgue ni simplifique lo complejo.
Este artículo no busca convencerte con palabras dulces,sino ayudarte a entender con respeto lo que otros viven en silencio.
🧠 Aunque estas enfermedades no se vean, sí existen, sí duelen y sí importan.Y no, no se quitan con terapia…
✨ Pero acompañarlas con amor, sensatez y una sonrisa a tiempo puede marcar una gran diferencia.
Una diferencia humana. Y esa, sí que sana.
"No, no se quita con terapia: lo que realmente le pasa a la gente con estas enfermedades invisibles (y reales)"
Con amor, claridad y un toque de humor bien colocado.
Millones de personas viven con enfermedad de Sjögren, fibromialgia, artrosis y otras condiciones como discopatías vertebrales, enfrentándose no solo al dolor físico, sino también a la incomprensión social.
Especialmente en enfermedades invisibles como la fibromialgia o el Sjögren, los comentarios sin fundamento están a la orden del día:
“Eso es estrés.”
“Ve al psicólogo y verás cómo se te pasa.”
“Estás joven para tener tantos achaques.”
“¿Pero no será que te lo estás inventando?”
Este artículo existe para decir basta, con amor, pero con firmeza.
Porque sí existen, sí duelen y no se curan con consejos improvisados ni con “pensamientos positivos”.
Aquí va una explicación clara, sustentada y con humor, útil para quien lo vive y para quien necesita entender que esto no es psicológico.
¿Qué significa vivir con estas enfermedades?
Enfermedad de Sjögren
La enfermedad de Sjögren es una enfermedad autoinmune sistémica crónica en la que el sistema inmunológico ataca por error las glándulas exocrinas, especialmente las que producen lágrimas y saliva.
Provoca xeroftalmia (ojo seco severo), xerostomía (sequedad bucal), fatiga intensa y dolor articular intermitente o persistente.
Puede progresar y afectar otros órganos como pulmones, riñones, sistema nervioso periférico, piel, vasos sanguíneos y articulaciones mayores.
Muchas personas presentan además fotosensibilidad, intolerancia al frío, inflamación leve crónica, fenómeno de Raynaud y síntomas neurológicos sutiles como entumecimiento, ardor o disautonomía.
🧠 No es una “sequedad incómoda” ni una condición menor. Es una enfermedad multisistémica, crónica y potencialmente incapacitante.
🔬 Fuentes:– Vitali et al. (2002), Revised classification criteria for Sjögren’s syndrome – American-European Consensus Group.– EULAR Sjögren's Syndrome Disease Activity Index (ESSDAI), 2010–2016.– Ramos-Casals M et al., The Sjögren’s Syndrome Systemic Manifestations. Nat Rev Rheumatol. 2020.
Fibromialgia
La fibromialgia es un trastorno crónico del sistema nervioso central, en el que el cerebro procesa las señales del dolor de forma amplificada.
El cuerpo reacciona de manera hipersensible a estímulos que en otras personas serían neutros o incluso imperceptibles.
Produce dolor musculoesquelético generalizado (en músculos, tendones y articulaciones), aunque no haya inflamación visible.
Se acompaña de fatiga persistente, trastornos del sueño, hipersensibilidad al tacto, frío, ruido o luz, y una sensación de confusión mental conocida como niebla cerebral (brain fog), que afecta memoria, atención y lenguaje.
El cansancio no mejora con el descanso: muchas personas se despiertan sintiéndose igual o incluso peor que al acostarse.
🧠 No es una exageración, ni un trastorno psicológico.
Es una disfunción neurofisiológica reconocida oficialmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 1992 y por el American College of Rheumatology (ACR), con criterios clínicos validados.
🔬 Fuente: Wolfe et al., ACR Preliminary Diagnostic Criteria for Fibromyalgia (2010, actualizado en 2016); OMS CIE-10 M79.7.
Artrosis
La artrosis (u osteoartritis) es una enfermedad degenerativa crónica que provoca el desgaste progresivo del cartílago que recubre y protege las articulaciones.
Afecta con mayor frecuencia a manos, rodillas, caderas y columna vertebral.
No es solo “cosa de la edad”: también influye la genética, el sobreuso articular, lesiones previas o enfermedades inflamatorias.
Puede generar dolor, rigidez, chasquidos, pérdida de movilidad y deformaciones, aunque a veces no haya signos visibles externos.
📌 El dolor es de tipo mecánico: empeora con el uso y mejora con el reposo, aunque en fases avanzadas puede volverse constante.
🧠 La artrosis es una enfermedad estructural real, visible en radiografías o resonancia magnética, y está reconocida por todas las guías clínicas internacionales.
🔬 Fuente: Osteoarthritis Research Society International (OARSI), EULAR Recommendations 2019.
Discopatía cervical y lumbar
La discopatía es una forma de degeneración progresiva de los discos intervertebrales, que actúan como amortiguadores entre las vértebras. Puede producirse en cualquier parte de la columna, siendo más común en la zona cervical (cuello) y lumbar (espalda baja).
No siempre hay compresión nerviosa, pero aun sin pinzamientos puede causar dolor de espalda, rigidez, hormigueo o sensación de carga constante.
En los informes médicos, la frase “discopatía sin efecto masa” significa que no hay compresión sobre la médula ni raíces nerviosas, lo cual es positivo, pero no anula el dolor ni la limitación funcional.
Esta condición está relacionada con la artrosis vertebral: el desgaste discal forma parte del proceso degenerativo del sistema musculoesquelético.
📌 Es una enfermedad estructural y mecánica, no emocional. Se detecta mediante resonancia magnética, TAC o radiografías.
🔬 Fuente: North American Spine Society (NASS) – Clinical Guidelines for Diagnosis and Treatment of Lumbar Disc Disorders, 2021.
“Pero si te ves bien…”
Es una de las frases más dolorosas para quienes conviven con enfermedades invisibles. A simple vista no hay heridas, vendajes ni muletas. Pero el cuerpo sufre, se inflama, se fatiga y duele, aunque no lo grite por fuera.
🔍 Estudios en medicina interna y reumatología demuestran que muchas enfermedades autoinmunes y neuromusculares presentan síntomas graves sin alteraciones visibles externas ni marcadores de inflamación activa (EULAR, 2020; ACR, 2016).
En muchos casos, el sufrimiento no es solo físico, sino emocional: Tener que explicar o justificar constantemente que el dolor, la fatiga o la limitación son reales, desgasta más que la propia enfermedad.
💭 “Eso es estrés… ve al psicólogo”
Un clásico, y uno de los comentarios más desinformados pero frecuentes. Sí, la salud mental es importante. Sí, la psicoterapia puede ser una herramienta de acompañamiento emocional.
Pero no cura:
Un sistema inmunológico que ataca glándulas (como en la enfermedad de Sjögren).
Una disfunción en la percepción central del dolor (fibromialgia).
Un cartílago degenerado (artrosis) o un disco intervertebral colapsado (discopatía).
🧬 Estas condiciones tienen base clínica, inmunológica, neurológica y musculoesquelética, y están reconocidas por organismos internacionales como la OMS, ACR, EULAR y NASS.
✅ ¿Qué sí ayuda de verdad?
🔹 Creer a quien lo vive, incluso si no lo entiendes.
🔹 No juzgar lo que no se ve, ni comparar con otros dolores.
🔹 No dar consejos sin conocer la enfermedad (la cúrcuma no lo cura todo).
🔹 Acompañar sin exigir explicaciones ni pruebas de dolor.
🔹 Entender que hay días en que esa persona puede reír y salir… y otros en que no puede ni levantarse. Ambas versiones son reales.
💛 Porque sí:no todo se cura con pensamientos…pero sí se puede aprender a vivir con dignidad, con acompañamiento real, con buena información y con una red que no juzgue ni simplifique lo complejo.
Este artículo no busca convencerte con frases bonitas,sino ayudarte a entender con respeto lo que otros viven en silencio.
🧠 Aunque estas enfermedades no se vean, a veces no hace falta entenderlo todo para acompañar con humanidad.
Basta con estar, con respetar, y con dejar de juzgar lo que no se ve.
Porque lo invisible, también merece cuidado.
Y acompañarlas con amor, sensatez y una sonrisa a tiempo puede marcar una gran diferencia.
Una diferencia humana.
Y esa, sí que sana.


















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