Sjögren: Manual para convivir con tu cuerpo cuando tiene personalidad propia
- Kryusman
- 15 ago
- 4 Min. de lectura

(O cómo sobrevivir al Sjögren sin pelearte contigo misma cada cinco minutos)
✍️ Por Kryusman
Antes de que el Sjögren llegara a mi vida, yo pensaba que el cuerpo era un aliado.Un templo amable.
Un socio silencioso.
Un lugar que respondía con entrega si lo cuidabas, lo escuchabas, lo amabas.
Como en una coreografía bien ensayada:yo proponía, él ejecutaba.
¿Ejercicio? Te seguía.
¿Un antojo? Te lo agradecía.
¿Un día difícil? Te sostenía.
Pero con el Sjögren… la relación cambia.
Y mucho.
Ahora el cuerpo no responde, opina
No colabora, reacciona.
No avisa, sorprende.
Y muchas veces se comporta como ese compañero de piso malcriado que se levanta de mal humor, te ignora y se ofende si lo fuerzas a hacer algo que no quiere.
Y claro: no lo puedes echar, ni ignorar, ni mudarte de cuerpo.
Así que toca aprender a convivir con él, con cariño, firmeza…y a veces, con chantaje emocional en forma de infusiones, crema hidratante y mucha paciencia.
Este no es un manual médico.
Es un tratado de paz emocional.
Una guía práctica para esos días en que tu cuerpo parece tener más personalidad que tú.
Porque si vamos a vivir juntos…mínimo que haya reglas básicas, algo de humor…y mucho, mucho amor propio.
1. Acepta que tu cuerpo ya no avisa
No es que sea traicionero.
Es que ya no maneja agendas.
Tú organizas con amor una salida, una reunión, un desayuno con tostadas suaves y buena intención…y él, sin previo aviso, se despierta en “modo no me hables”.
Ese día brillante que habías planeado con ilusión se convierte en un desfile de síntomas aleatorios, y tú terminas abrazada a una manta mientras cancelas todo con cara de emoji derretido.
🧘♀️ Solución realista: Planifica con cariño, pero siempre ten un plan B…un plan C…
y una manta bonita, por si todo se va al carajo.
Porque a veces la única cita que se cumple es la que tienes con tu cama.
2. Ten cuidado con las frases tipo: “¡Hoy me siento mejor!”
Porque ahí, justo ahí, es cuando el Sjögren te escucha.
Y no le gusta sentirse ignorado.
Dice:“¿Mejor, dijiste?
Pues prepárate: hay brote sorpresa, ardor de lengua y fatiga deluxe”.
Ya aprendimos que cantar victoria antes de tiempo es como retar al universo con una cucharita.Mejor susurrar bajito:“Hoy no estoy tan mal… shhh, no lo digas muy alto…”
3. Aprende a traducir los mensajes del cuerpo
Sí, tu cuerpo ahora tiene idioma propio.
Y no viene con subtítulos.
Así que toca aprender a interpretar señales como si fueras detective de ti misma.
🌀 Dolor en la espalda = “Hoy no quiero cargar nada… ni a ti”.
🔥 Lengua ardiendo = “Estoy sensible. No me hables, ni me alimentes fuerte”.
🛌 Cansancio crónico = “Necesito una semana sabática… después de ducharme”.
🧊 Ardor en la piel = “Aléjame del calor y no me pongas ropa áspera, ¿sí?”.
Y sí: hay días en que te sientes como una médium del cuerpo.
Lo escuchas, lo traduces… y, aun así, no siempre coopera.
4. El cuerpo ya no es lineal. Es… teatral
Puede estar maravilloso a las 9:00,y a las 10:13 ya estás llorando con una compresa caliente en el cuello, preguntándote si esto es real o un spin-off de tu propia telenovela interna.
Los síntomas no siguen lógica. Son más bien como actores con alma dramática:entran en escena cuando nadie los llama, hacen monólogos de dolor y luego desaparecen… dejándote agotada y sin guion.
🧴 Tip práctico: Ten siempre a mano:
– Crema hidratante
– Gel calmante
– Un té tibio
– Y un sentido del humor de repuesto
Porque no sabes cuándo lo vas a necesitar,pero lo vas a necesitar.
5. Negocia como si vivieras con un gato gigante dentro
Tu cuerpo con Sjögren es como un gato persa con personalidad fuerte: no lo puedes obligar a nada.
Ni se le ocurre colaborar si lo presionas.
Pero si lo mimas, lo calmas, lo tratas con dignidad,a veces… solo a veces… colabora.
Y otras, no.Pero al menos tú lo intentaste con amor, calorcito y aceites esenciales.
✨ Moraleja: La terquedad del cuerpo no se vence… se negocia.
6. Crea un diccionario emocional para cuando no puedes con todo
A veces no es que no sepas lo que sientes,es que no tienes energía para traducirlo.
Así que ten tu propio diccionario emocional abreviado:
“Estoy bien” = No estoy llorando por fuera.
“Estoy cansada” = Tengo el alma en modo avión.
“No puedo hoy” = Quiero vivir, pero horizontal.
“Estoy sensible” = Necesito espacio, abrazo suave y nada de luces fuertes.
Y sí: a veces ni tú sabes cómo estás.
Por eso es tan importante hablar con honestidad, contigo y con los demás.
Tu cuerpo necesita traductores. Y tú eres el mejor que tiene.
Vivir con Sjögren es como compartir piso con un cuerpo que no responde a tus correos internos,ignora tus planes y cambia de humor sin previo aviso.
Un cuerpo que a veces parece más saboteador que aliado.
Y sin embargo…es tu casa.
Aprender a convivir con él es una forma de amor.
De amor cansado, reseco, con ojeras y bolsitas de infusión por todas partes…pero amor al fin.
Porque con el tiempo descubres que tu cuerpo no te traiciona: te está hablando distinto.
Y que tú, valiente y terca como eres, estás aprendiendo a escucharlo, a traducirlo y a no odiarlo por no ser el de antes.
Así que no te pelees con él.
No te exijas que sea perfecto ni lineal.
Hazle un té, háblale con ternura.
Ponle nombre si hace falta (el mío se llama “Mi cuerpito sabio (y dramático)”, porque aunque exagera… sabe lo que hace —más o menos— en días de brote).
Y recuerda:

no están aquí para rendir.
Están para sobrevivir con dignidad,con estilo,y si se puede… con carcajadas entre secas y delirantes.
💛Kryusman escribe. Tu Corazón Baila.
Comentarios