👉 “No me estoy quejando, me estoy expresando (con dignidad)”
- Kryusman
- hace 5 días
- 3 Min. de lectura
Por Kryusman #ElSjögrenMeLaSuda #KryusmanEscribe #TuCorazónBaila

“¡Qué suerte tienes, siempre tan positiva!... ¿pero no estabas mal ayer?”
(Aplausos por la lógica infalible).
La vida con una enfermedad invisible es una coreografía extraña. Un día bailas (más o menos), al siguiente gateas como un caracol existencial. Y en ese vaivén, oh sorpresa, también hablas. Expresas. Nombras lo que sientes. Y ahí es cuando aparece el club de los comentarios patrocinados por el “mejor no digas nada”:
— “Tú lo que tienes es quejarte mucho.”
— “Siempre hablas de lo mismo.”
— “Te lo tomas muy a pecho.”
— “Ay, pero si ayer estabas bien.”
Y una empieza a preguntarse si lo que duele más es el cuerpo… o la imposición de tener que parecer fuerte, simpática y agradecida por todo mientras se te cae la vida en modo parchís de síntomas.
Hablar no es quejarse. Es cuidarse.
El silencio forzado pesa. Se acumula en la espalda, como el dolor que no se va ni con siestas ninja ni con infusiones con nombre de bosque nórdico. Callarte para no incomodar es un acto de violencia sutil. Y lo peor: te la haces tú misma.
Nombrar lo que pasa no es victimismo.
Es autoestima con voz. Es recordarte que tu experiencia vale, incluso si no termina en final de película con banda sonora épica.
Porque no hablamos por costumbre.
Hablamos por salud mental. Porque verbalizar es procesar. Es sacar el síntoma del cuerpo y dejarlo respirar en palabras. Es decir: esto me está costando, pero aquí sigo. Y eso, amigas secas, es un acto de dignidad emocional.
No me quejo. Solo comparto que vivir en modo reseco con síntomas de bingo diario no es lo más fluido del mundo.
Si me escuchas decir que me duele, que estoy cansad@, que mi ojo se siente como un cactus emocional… no es una queja: es una invitación a comprender.
Estoy construyendo puentes con mis palabras, no lanzando piedras.
Estoy nombrando mi experiencia para no perderme en ella.Y si eso molesta a alguien, que se hidrate y vuelva.
Aquí seguimos bailando con lo que hay.
Secas, pero con voz.
Cansadas, pero sin filtros.
Y con la dignidad intacta (aunque con las articulaciones medio oxidadas).

💬 Porque expresar no es quejarse… te dejo un ejercicio
Si llegaste hasta aquí y te sentiste identificad@ con esa sensación de tener que justificar cada palabra que sale de tu boca… te regalo esto:
✨ Ejercicio desde la psicología positiva:
“Lo que siento también merece espacio”
A veces no necesitas que te den soluciones, solo un lugar seguro donde decir: “Hoy me cuesta” sin que eso sea pecado.
Hazlo así:
Escribe tres frases con lo que sientes hoy.
Empieza con: “Hoy siento…”(Sin filtro, sin adorno, sin querer sonar fuerte).
Luego, respóndete con amor.Escríbete como si hablaras con tu mejor amig@.(Ejemplo: “Eso que sientes es válido. No te juzgues, abrázate.”)
Y cierra con una frase que te devuelva al centro. Algunas ideas:– Mis emociones merecen ser nombradas.– No me quejo: me expreso con dignidad.– Mi voz también es autocuidado.
💛 Porque sí, estamos cansad@s. Pero también estamos despiert@s. Y no nos vamos a quedar calladas solo para encajar en el molde de la “paciente ejemplar”.
Tu voz tiene valor.
Tu sentir no necesita permiso.
Y aquí, siempre es bienvenid@.
¿Y tú? ¿Ya te permitiste hablar sin sentirte culpable?
Te leo en los comentarios, en voz bajita o en mayúsculas emocionales.
Aquí, tu corazón también puede bailar.
A veces, tengo la sensación de quejarme, cuándo en realidad solo quiero liberarme de lo que me pasa. Porque al contarlo siento alivio, pero no todos lo entienden. Gracias.